Con la luna y el sol en otro lugar

-¿Por qué me sigue la luna? – Dijo en medio de la noche mientras su madre le sostenía la mano.

-No, no te sigue. Le dijo Clara, con las palabras que dicen los adultos cuando no saben qué decir y los libros de física se les borran de la mente. La relatividad se fue prácticamente a la mierda. Olvidó todo lo preparado para este gran momento, no recordaba por qué la Luna sigue a los niños, a ella la dejó de seguir así de repente y solamente miró la cara de Lu.

-Claro que sí lo hace ¡mira! ¿Lo ves? ¡Ahí está haciéndolo de nuevo! - Insistió Lu con su tono de berrinche desesperado y señalando a la culpable de su persecución nocturna.

Clara se detuvo lentamente para responderle a Lu -Querida la Luna no te sigue, eres tú quien se mueve.

- ¿Quién se cree entonces para moverse mientras yo me muevo?

-Lu, ella cree ser tu reflejo. Clara la tomo de los hombros y la miró después de entender que ella sintió lo mismo alguna vez, ese efecto de ser perseguida por la Luna mientras rodeaba las montañas, avanzaba o se detenía en el mismo instante que lo hacía, hasta que dejó de verla un día.

-¿El sol no se siente con el mismo derecho? Ese no veo que me siga. Preguntó indignada al pensar que solo la Luna podría estar interesada.

-¡Por supuesto que sí! Cuando duermes la luna se pierde y va a buscarte al otro lado del mundo, entonces viene el sol para decirte ¡Lu, aquí estoy! Pero nunca lo ves a los ojos, es tan luminoso que te ciega; parece que tampoco le has puesto mucha atención ¿eh?- Le dijo en tono de madre sabelotodo junto a su sonrisa de haber ganado una gran conversación del siglo.

-Algún día voy a ir al otro lado del mundo para decirle a la Luna que ya no me busque más. Lu pasó de la desesperación a la emoción decidida de hacerlo quizá dentro de uno o dos años cuando tuviera edad suficiente de viajar, es a esa edad que viajan los niños de 6 o 7 años ¿no? Además a su madre no le gustaba mucho eso de las visitas inesperadas.

-Anda, algún día te seguirán por todos lados ella y el sol juntos. Continuó la caminata hacia la entrada de la casa, como si fuera a acabar la plática, sacó las llaves del bolsillo de su pantalón. Lu por su parte se detuvo un paso detrás de ella, la soltó de la mano y grito tan fuerte que sus brazos se extendieron como si fuera a volar.

- ¡Sí, qué me sigan! les enseñaré todos los rincones del mundo y uno que otro día los invitaré a dormir a casa Sí puedo ¿verdad? - Miro a su madre con esos ojos que solo los niños de 5 años hacen sin saber que el mundo, los astros y el universo completo se rinden a sus pies.

Clara miró a su hija y comprendió que ella nunca viajó para mostrarle al sol y a la luna como se veía ella en otro lado, ni tampoco los invitó a pasar a casa. Recordó que había olvidado la sensación de moverse para estar con la luna y el sol en otro lugar.

-Sí puedes, diles que yo prepararé la cena.

Comentarios

  1. bellísimo querida!!!


    un beso grande!

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  2. :) que genialitico!! es verdad que de pequeña alguna vez me pregunté porque la luna viajaba a la par que nosotros cuando volviamos por la noche en coche! ella se montaba en su trineao galactico y nos acompañaba durante el recorrido... que triste que ahora no me de cuenta de donde para la luna por las noches y si dejó de perseguirme! me gustó! es tierno, enternece y me recuerda que no podemos dejar de tener 5 años en inocencia y capacidad de sorprenderse con todo lo que nos rodea!

    Una sonrisa lunatica!

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