Nimiedad

-¿Escuchaste todo lo que me dijo?
-Sí, por completo.
-¿Qué espera que haga, qué le llame?
- Es obvio lo que espera que hagas, al menos lo que él quiere que hagas.
-¡Me dijo que se iba!
- Qué bueno que no te fuiste al mismo lugar (sonríe, con esa mueca que me hace pensar que él siempre está en el instante adecuado) Que se vaya a donde sea. Estás aquí y ahora. Siempre lo estás.
-A veces pienso que sí, otras simplemente es nostalgia.
-Mira, vamos a comprar ese helado que te gusta y lo mandas a la chingada ¿te parece?
-Pero eso ya lo hice desde hace tiempo (también sonríe y le guiña el ojo en tono de complice)
-Entonces solo vamos por el helado.
-Sip. Y asiente con el toque infantil que le encanta.

(Ella camina con pequeños pasos por el centro comercial como una niña, a su lado él carga las bolsas de sus últimas compras mirándola de reojo; a ninguno de los dos les parece el lugar adecuado de pasar un día libre, hacía meses que no lo pisaban, pero es que venden el mejor helado de yogur que han probado en su vida y están juntos. Los hermanos siempre son los mejores para hacer que un encuentro inesperado sea una nimiedad al lado del helado)

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