Tu ojos y mis plumas

Nos tardamos en decir adiós,
Porque al decirlo alguien nos daba ya la bienvenida,
Alguno de los dos abrió los brazos,
El otro no podía verse a sí mismo.

Pero el resplandor de nuestros dioses nos mostró el camino,
A ti te dijeron desde sueños que serías un cíclope,
A mí apenas me hablaban de raíces y alas.

Tu ojo y mis plumas, dieron las gracias.

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