2013

Dicen que es bueno pensar en una biografía por año para valorar lo aprendido y lo experimentado, así que probar y nombraré a este año como el año del Enojo.

En enero recuerdo que el año empezó así, enojada, por no poder decir "¡estoy harta!" por querer luchar en contra de mis fuerzas por algo que ya estaba muy en contra mía, apenas me recuperaba de una enfermedad y estaba aprendiendo a estar traquila. Sin embargo dolía mucho, no poder usar mi voz para poder decir lo que me gustaba y no me gustaba, porque simplemente tenía miedo a quedarme sola a no ser amada. Empecé a tener problemas en la chamba por situaciones, del pasado, mal manejadas por todas las personas involucradas, estaba cansada, con vertigo, queriendo "aparentar" que todo estaba bien y  que no pasaba nada, buscando respuestas en personas, cosas, terapias, todas externas a mí, aún recuerdo que alguien me dijo: te puedo ayudar pero tu relación no va muy bien, piensa muy bien si se trata de ti o en verdad no quieres estar ahí.

En febrero, mis días se pusieron peor, entre la presión para que renunciara a mi trabajo y los problemas emocionales; ese 14 de febrero no llegó ninguna rosa, ni nadie me dijo "no te enamores" a esas alturas creía estar enamorada y estaba dispuesta a hacerlo todo para recuperar lo perdido, a esas alturas había distancia con el amor, pocas llamadas y yo dejé de llamarle, a esas alturas ya estaba todo poco a poco cayendo en picada. En algún mometo de ese mes leía algo de Kabala para las relaciones personales, todo lo entendí al revés, en vez de irme por la puerta grande, dejé de nuevo que mis patrones de conducta arraigados hacía el sufrimiento me llevarán directo al fondo de esa relación, de nuevo tuve miedo de decir "ya no quiero" "ya no puedo serguir engañandome y queriendo ser quien no soy para que me ames, para sentir que merezco amor" "ya no puedo cargarlo todo" y no pude decir "Me acepto como soy ya no me importa lo que pienses de mí, ni ellos, ni tú" porque sí, aun me seguía pesando. 

En marzo, la humillación y la tristeza iban cuesta arriba, autoinflingidas sin ningún autostop, organicé una comida de cumpleaños, por querer agradar, porque quería que estuviera conmigo, que me amará, que vivieramos juntos, como era mi idea y cómo el me había propuesto, pero cada vez había más largas y negativas, el plan se hacía inexistente, el amor había perdido el mapa, ya no sabía en dónde ni para quién era. En el trabajo todo se vino abajo, no pude más enfrenté el problema y dejé que me despidieran, diciendo que yo renunciaba. Me quedé sin trabajo y entré en crisis a finales de este mes. Ya no podía más.

Abril, viajé al pueblo de mi abuela, ahí me di cuenta que ya todo se estaba termiando, el amor, los planes, se hacía todo sin gusto, con miedo, sin ganas.  Al Regresar  del viaje, caí en depresión, sin trabajo, sin ganas, ni rumbo, con las expectativas en el suelo, con una salud a medias, sin la voluntad, sin un trabajo, y proximamente una pareja, pues también renunció. A veces estoy segura que era porque ni yo sabía a donde iba, porque todo lo había entregado, empecé a decir adiós en un shock que aún no creía, estaba sola en mi casa, en silencio.  Empezó  mi enojo y el rencor contra todos, contra mí. Me enojé con Dios. Aún así una amiga me enseñó a agradecer por todo lo que sucedía, TODO.

Mayo, mi proyecto personal salió a la luz, de di un nombre, aún tenía un poco de ahorros para un mes más, estaba estresada por mis deudas, pero aún así, decidi avanzar, aún estaba confundida y enojada, empecé a entrar a los Bazares y ahí conocí a nuevas personas, todas increíbles y creativas, empecé a sentirme una emprenderdora, a apender, arriesgarme, pensar distinto, aunque sentía que no podría hacerlo, algo (en ese tiempo no sabía qué era) me decía "sí puedes". Aprendí a ver el futuro con optimismo en los peores momentos. Empecé a correr todas las mañanas, solo para sentir como vibraba mi cuerpo, me dolían los pies, empezaba a entender que "algo" me sostenía. aprendí a decir: Lo siento, te amo, perdón, gracias. aún estaba muy enojada. Aun así, alguien me visitó y me hizo sentir viva. Me contratan para un proyecto Freelance de TV, agradecida por tener la oportunidad de trabajar y tener tiempo para mí.

Junio, el mes de mi cumpleños, me di cuenta que ya no cantaba, que no reía, ni bailaba, que tampoco escribía, ¿en qué me había convertido?  en un fantasma, en una chica mediocre que vive para que la amen los demás y para agradar, ¿de que me había servido todo el 2012 y tantas pruebas tan complejas? aún no lograba decifrar nada. Iba a cumplir 30 años, y yo en la ecatombe de mi vida. aún así decidí celebrar, aún así estaba enojada con el mundo y conmigo. aún así salía todos los días a correr, no sabía ni por qué, ni para qué, pero todo me parecía una metáfora hermosa de la vida, justo en medio del huracán, mis días pasaban entre un coctel de emociones y pensaba en mi proyecto como un camino de vida, donde mis ideas tuvieran por fin un valor. aprendí a crear. Colaboro con una ONG para hacer fotografías, conozco a personas increíbles, Rodrigo Banda.

Julio, decidí que podía sola hasta ahí, que necesitaba amor del bueno, del macizo, del que no se rompe y necesitaba un cambio pero regresando a mi raíz, desde otra perspectiva, la perspectiva del Merezco. Regresé a la casa de campo donde viven mis padres, a mi mismo cuarto, al jardín y a la montaña. Regresaba a mí. Mi hermano me regaló un libro que me cambió la vida y al mismo tiempo me decía entre líneas: "Estas en el camino correcto" ese camino donde los colibrís se detienen en las ramas de los árboles contemplar la vida por largos ratos. Estaba en una burbuja de tiempo donde apredía a disfrutar del momento, del presente, de mi comida, de mis lecturas, del ocio y de solo estar viva sin exigirme más que estar.

Agosto, después de un mes, empecé a correr por la montaña, a nadar en una alberca cercana, y sobre todo a andar en bici largas distancias que jamás imaginé que podría llegar a hacer, mi salud mejoraba, mi energía estaba dispuesta apoyarme, Dios estaba ahí, enamorándome. Empecé un curso, conocí a más personas, meditaba, me alejé de la ciudad y sus bullicios, todo estaba en calma, me despertaba con el trino de los pájaros y los prismas del sol por la ventana, cicleaba a todos lados, mi energía por fin se concentraba en mis objetivos, me fijaba metas, kilometros, los lograba y me daba aplausos, aprendí a disfrutar mis triunfos, por más pequeños que fueran, comienzo un proyecto musical con un amigo, Pancho,  empezamos con covers, al parecer nos acoplamos bien. Comencé a cuidar a mi sobrina, soy una gran niñera, aprendo que sí puedo enseñar a otros y aprender de ellos. Gracias Sofía por existir. ya casi no estaba enojada y aún agradecía

Septiembre, decidí regresar a la iglesia con una perspectiva distinta y colaboradora, decidí dudar de mis creencias siempre, decidí sentir a dios en mi y en mi vida, decidí darle la bienvenida, así que desde ese mes, voy todos los domingos a misa para cantar con los niños del coro, y los sábados talleres de lectura para niños. En ese mes, también hice mi primer recorrido de 50 KM en un solo día, a lo largo y ancho de la ciudad, me encontré con alguien en paz. Descubrí que las endorfinas quitan el miedo y el enojo, me gustaba hacer ejercicio y lograr más retos, alguien me besó la mano solo para agradecer mi existencia, todo pasaba y yo estaba más en paz.  Sofía cumplío un año.

Octubre, empecé a salir un poco más, de regreso a la Capital, como si me hubiera ido a vivir a la provincia, esa idea me divierte, me inscribí a un bazar, esta vez por mi cuenta, realicé el diseño del stand y de la marca, Alberto, mi amigo entrañable desde el otro lado del mundo me regaló el logo y yo con lo aprendido le di diseño, mi amiga Iliana me ayudó a darle diseño al stand y hacerlo lucir increíble, en el bazar conocí a más chicas, diseñadoras de joyería, aprendí a colaborar y seguir creando en conjunto, imprimí mis tarjetas, valoré mi trabajo. El orgullo por hacer lo que me gusta y respetarlo   subia y el enojo bajaba. Sofía entra a la guardería, yo la extraño.

Noviembre, paso los primeros días con mi familia, vendiendo flores como en los viejos tiempos, la pasamos muy bien y divertidas, decidí ir a Mixquic en bicicleta, algo que no podría haber hecho al iniciar el año, ni mucho menos en noviembre de 2012, realmente me siento muy fuerte y con una salud increíble, agradecida, el coro va bien, los niños de los talleres aumentaron, todo se está acomodando, no hay un bazar en este mes, decido ir a mi paso y a mi ritmo, aún así salen muchas ideas, me llaman para un proyecto de freelance, de repente diciembre parece no lucir tan tranquilo, he hecho rutas largas sola y acompañada, me siento fuerte y radiante, aunque también me agarra la tristeza, en estas fechas hace dos años trabajaba mucho y extraño a mis compañeros, veo sin querer a una persona que ya no me quiere ver. Me siento triste y contenta. de nuevo agradezco todo.


Diciembre, comienza con mucho movimiento, ensayos de una puesta en escena que realizamos Rodrigo Banda, Pancho Mena y yo, para contar los duelos de personas como nosotros, por primera vez en mi vida pido cantar en la misa de Navidad, para agradecer y ofrecer la voz, entro a un Bazar de nuevo y conozco a más personas y muchas se inspiran en mi labor ( descubrí  "ora et labora") me hacen una entrevista para un periódico local, donde hablo de contar historias en joyas, tengo la intención y la acción de incluir fotografías en mis diseños y me capacito para mejorar mis tecnicas. Logro pagar dos de mis tarjetas y cancelarlas, aprendiendo valorar mi trabajo y pagar mis deudas, aprendo que sí valgo y sí puedo, sé que me preocupo demasiado sin embargo eso me hace comprender más allá,  comprendo por fin que estoy enojada por muchas cosas, que sí soy enojona, que sí he afectado mi cuerpo, que sí tenía mucho que aprender, que sí amo a mi familia y me siento enamorada por Dios, un Dios que me incluye y me ama, que me invita a amarme y dejarme amar, para poder amar. Redescubro la frase "El universo está en ti y en el otro, el amor existe" que me dijeron  en junio de 2011...y de repente todo tiene sentido.

Todo tiene  sentido, el cielo, la tierra, las metáforas, los adioses, los apegos, las alegrías, las risas, los vacíos, las acciones, la respiración, la meditación, la oración, mi mente ha sido cultivada y mi fe en mi y en el mundo parace estar renovandose, la amistad, el amor, el odio, la confianza y el temor, porque sé lo que me duele y lo que me hace sufrir, sé lo que quiero y lo que me hace feliz.  Tiene sentido que quizás haya experimentado el amor de un alma gemela que me dio la oportunidad de ponerme en mi lugar en el universo y por eso le doy gracias, gracias a las personas que me dijeron que era una mediocre y que no sabía escribir, ni cantar, ni ser una profesional, porque gracias a ellos solo me di cuenta que sí soy todo lo contrario a lo que ellos dicen.

Este último día, decido ayudar a la cena familiar, decido amar con mi higado, y hacer las cosas que digo que voy a hacer, aprendo a comprometerme conmigo y seguir lo que sí quiero,   con todo mi cuerpo, decido aprender a ser, crear y  hacer, desde el yo soy, el yo creo y el yo hago, decido ser valiente para ir en este camino. Decido y ofrezco mi vida a Dios,  mi Dios que aún no tiene nombre más que Dios.

Gracias Dios por estar y habitar en mi, por ser conmigo.


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