Certeza y fortaleza

El año pasado conocí a un chico, después de algunos meses de haber terminado una relación, de hecho un mes después de haber terminado una relación, lo conocí y me gustó, pero jamás pensé en hacer algo para acercarme a él, o sí, pero no tan directamente y menos por el momento en que me encontraba. Lo ví en una conferencia de negocios para emprendedores, el habló y me encantó su manera segura de preguntar, al terminar la conferencia me enteré que él sería el ponente de la conferencia del próximo día, así que me atrevía a ir, me atraía mucho. La conferencia no fue nada del otro mundo pero me sirvió para verlo desenvolverse frente a las personas. Solo para admirarlo. De hecho no me quedé hasta el final, salí a la mitad y continué con mi vida, total, como diría, fue un "taco de ojo". Sin embargo, ambos metimos un proyecto a una institución pública para tomar una serie de cursos para nuestras empresas. Debo confesar que cuando vi que él estaba en ese mismo sitio solo dí gracias a Dios. Al menos podría conocerlo  personalmente, solo eso, no pasaba del simple gusto. Con el paso de los días me di cuenta de que no  teníamos mucho en común, más que ser simpáticos con nuestros compañeros, él sabía mucho de administración y yo de desarrollo humano, participábamos y de hecho vi que su interés no estaba enfocado en mí, sino en una chica linda de nuestro curso. Me salí inmediatamente de esos pensamientos que me podrían llevar a un desencanto amoroso, asumí que yo no estaba tan interesada en él, ni él en  mí. Pasaron los meses, nos llevamos bien como "cuates", ya saben, invitaciones a eventos importantes de nuestras vidas, pero él siempre iba acompañado de la chica y yo, yo solamente iba porque eran eventos importantes y sin ningún motivo mayor. La verdad es que me gustó desde que lo vi, eso es.

Después de más de seis meses, él me invitó a recorrer las playas de nuestro país hacia el sureste, en bicicleta, de hecho había aceptado, pero ni mi bicicleta ni mis finanzas estaban en buenas condiciones, tenía que repararlas y eso hice, en vez de lanzarme a la aventura. Al final solo fue él y uno de sus amigos. Me invitó porque en esos meses mi actividad en la bici era mucho mayor y más arriesgada, además de independiente, en esta ocasión no invitó a la chica, esa que estaba con nosotros en el curso. Pero tampoco fui.

Al regresar, hicimos una reunión con los amigos del curso, a la cual no asistió. Pocos días después me invitó a recorrer la ruta hacia su casa. A SU CASA. Además de enviarme mensajes constantes pidiendo fotos de mis piernas (lo cuál me causaba mucha gracia) pero no se las envié, aunque él no tuvo problemas en enviarme sus fotos (eso lo agradecí) al final, me atreví a invitarlo a una rodada un fin de semana, pero tampoco fue, llego por la noche y salimos a dar un paseo,que, incluyendo la ruta de reconocimiento de la ciudad y el viaje a su casa, la cena y el desayuno, además de una plática muy divertida, terminó hasta las 4:00 P.M. del día siguiente. 

Sí, me sorprendí, viéndome platicar con ese chico que me gustó más de medio año antes, en su casa, con sus detalles y  su amabilidad, así nada más. Sin pretensión, sólo nuestras pláticas, hasta que no pudimos más y continuamos durmiendo. Después de eso, pensé que mi paciencia había sido grande y mi desinterés también había valido la pena, me sentí una ganadora. Pues sin esperarlo, estaba ahí, al lado de ese chico de voz segura, escuchando sus confesiones y yo haciendo las mías. Han pasado cuatro días después de eso y no ha llamado. Y la verdad es que no quiero hacerme ilusiones. Ya no.

En mi caso es muy natural, dejar de lado todo  por salir corriendo para buscar a alguien, que por mi creatividad luce espectacular. No es que mi vida no sea linda, pero apenas va tomando camino y me estoy enamorando de mí misma, aunque ese fin de semana haya sido para mí como la recaída de una alcohólica  o una drogadicta, porque terminé pensando en ¿por qué no me llama? y centrando mi atención, pese a la meditación, en el evento de que "no me llama". 

Y me he metido al Facebook, perdiendo mi tiempo, como si necesitara encontrármelo, como si no supiera donde buscarme, como si necesitara esa dosis que me hace sentir "importante" para alguien, ¿qué chingados? volviendo a mi parte de sentirme rara. La verdad es que siendo objetiva, lo considero un tanto "machista". Pero mi mente no ve eso, solo se ilusiona y hace paisajes sin objetividad. 

Me he sentido triste y contenta, ambos al punto de las lágrimas, en general mi vida va muy bien, yo estaba muy tranquila conmigo misma, con mis planes, con mi todo,  experimentando, explorando, pero de repente, acepto salir con alguien que me gusta y no llama y vuelvo a mi adicción por pensar de más en una situación que me hace sentir "insegura" y con mi atención y energía en una sola cosa "no me llama". Al principio solo me sentí feliz por haber experimentado después de mucho tiempo la cercanía con el sexo opuesto, o el hecho de que alguien simplemente me gusta, pero con el paso de los días confieso que aún me cuesta manejar esto. Y eso, después de haber luchado contra la depresión, me pone triste y con ganas de llorar, no porque me sienta completamente mal, sino porque a pesar de los muchos esfuerzos y sobre todo logros cumplidos, sé que mi certeza y fortaleza apenas están creciendo y tomando forma. Sé que no puedo distraerme más, que requiero mi atención en mi y volver a la meditación. No por miedo, esta vez no, sino por consciencia, por amor a mí.

Buenas noches. 

Comentarios

Entradas populares