EMPEZAR
Alguien me pide escribir algo pero no sé ni de qué hablar, ni qué decir a otros, la mayoría de mis pensamientos se disipa en conversaciones mentales que mantengo sola, o si soy afortunada, puedo compartir con algún amigo. Sin embargo, mis pensamientos van de una idea a otra y no sé cómo darles un hilo o algún sentido. Por ejemplo, en estos días, pienso en muchas cosas como: Finales de ciclo, limpieza y orden de objetos y situaciones emocionales, nuevos proyectos, de dónde cojer inspiración, religión, espiritualidad, debates políticos, marchas, salir o no a tomar fotografías, o mejor quedarme a ver alguna película, leer, escuchar música, escribir, etc. La verdad que no se por donde empezar.
Tengo la sensación de haber comenzado una carrera hoy mismo, primer día del año, y estar en la última posición (como si fuera imprescindible estar en una) sí, suena muy raro, pero me invade un estres desde que abrí los ojos que me impide descansar un día como hoy, donde nada ni nadie se apresura por nada, porque y precisamente porque, es el primer día; y pensemos en qué... por ser el primer día, debería, o quizá sería bueno, empezar por tomarme las chinagadas cosas con más calma, como venía haciendo el año anterior que terminó ayer. Pero no, algo pasa que siento, y por eso decidí hablar de eso, que debo avanzar a pasos agingantados y quedar en primer lugar (porque creo que me perdí la lista de participantes y no tengo mi número de corredor).
La verdad es que esto lo experimento regularmente, termino un ciclo e inmediatamente quiero empezar el otro, sin tomarme mi tiempo para saber ¿cómo de qué va la siguiente cosa? Ha de ser un síndrome, uno al que tendré que poner nombre, si no es que ya lo tiene. Así que decidí empezar por algo que tenía muchas ganas de hacer y por una cosa u otra no lo hacía: Escribir en este blog, y quizá cambiarle un poco el look.
Así que respiro profundo por estar haciendo en vez de pensar en hacer y me dispongo a sentirme más tranquila. Creo que este año no me pondré propósitos para lograr y que al mismo tiempo sean esos mismos los que me desanimen por no lograrlos como "idealmente" lo "deseo", así que solo empezaré y dire "voy a" aunque ese "voy a" sea empezar a hacer.
En sus marcas, listos ¡Fuera!
(ella sale caminando despacio)
Tengo la sensación de haber comenzado una carrera hoy mismo, primer día del año, y estar en la última posición (como si fuera imprescindible estar en una) sí, suena muy raro, pero me invade un estres desde que abrí los ojos que me impide descansar un día como hoy, donde nada ni nadie se apresura por nada, porque y precisamente porque, es el primer día; y pensemos en qué... por ser el primer día, debería, o quizá sería bueno, empezar por tomarme las chinagadas cosas con más calma, como venía haciendo el año anterior que terminó ayer. Pero no, algo pasa que siento, y por eso decidí hablar de eso, que debo avanzar a pasos agingantados y quedar en primer lugar (porque creo que me perdí la lista de participantes y no tengo mi número de corredor).
La verdad es que esto lo experimento regularmente, termino un ciclo e inmediatamente quiero empezar el otro, sin tomarme mi tiempo para saber ¿cómo de qué va la siguiente cosa? Ha de ser un síndrome, uno al que tendré que poner nombre, si no es que ya lo tiene. Así que decidí empezar por algo que tenía muchas ganas de hacer y por una cosa u otra no lo hacía: Escribir en este blog, y quizá cambiarle un poco el look.
Así que respiro profundo por estar haciendo en vez de pensar en hacer y me dispongo a sentirme más tranquila. Creo que este año no me pondré propósitos para lograr y que al mismo tiempo sean esos mismos los que me desanimen por no lograrlos como "idealmente" lo "deseo", así que solo empezaré y dire "voy a" aunque ese "voy a" sea empezar a hacer.
En sus marcas, listos ¡Fuera!
(ella sale caminando despacio)
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