Llevo un mes viviendo en California, y más de un mes sin escribir, lo sé, odio escribir hasta que no queda otra opción, ¿por qué? No lo sé, a veces se me escapa de las manos y no encuentro el "mejor" momento para hacerlo. Sin embargo, hacerlo me salva la vida.

Llegué aquí el 29 de marzo en la madrugada, después de una escala en Guadalajara, donde mi compañero de viaje, al final resultó ser un chico guapo con quien platiqué bastante y al final (como en cualquier corto romántico) nos besamos. Es pintor y más joven que yo, los pintores y artistas me gustan. Confieso que el encuentro con ese chico me hizo creer que este viaje comenzaba bien, ¿cómo no iba a comenzar bien sí después de meses de no salir con nadie, tomo el vuelo a la vida nueva y un chico artista que va rumbo a una de sus primeras exposiciones es mi compañero de viaje y pum una de mis fantasías sobre vuelos y acompañantes se hace realidad? Sí, así fue, esta vida nueva pintaba bien. 

Al llegar, me di cuenta que viviría en una ciudad muy pequeña, lejos de Los Ángeles, en donde todos andan en auto, las calles son grandes y solitarias, las minorías se quejan de las minorías y parece que de una casa de campo llegué a vivir a un pueblo fantasma. Mi familia me recibió muy bien, vivo con ellos, mis tíos y sus tres hijos, mis primos menores y con problemas de conducta. He descubierto que no los soporto y son una gran prueba de tolerancia a la violencia y la tiranía infantil.  Como paréntesis quisiera agregar que al  principio pensé y sigo pensando que en ocasiones los problemas de comportamiento infantil dependen de circunstancias externas a los padres, quizá una enfermedad congénita de los hijos, pero en mi experiencia, está particularmente, descubro que aunque los hijos tengan problemas de conducta mucha de la responsabilidad es de los padres al crear pequeños tiranos con la bandera (a veces desinformada o temerosa) del amor incondicional, creo que el amor también se demuestra poniendo límites sobre el bien y el mal, el respeto propio y hacia los demás y sobre todo estar atento y darte cuenta en todo momento de lo que pasa, como padre no creo que se justifique de ninguna manera el "no darse cuenta". Sé que no soy madre, pero en estas circunstancias no quiero tener más de un hijo. Fin el paréntesis.

A los quince días de vivir aquí, me di cuenta que estaba en shock, todo el tiempo estoy analizando (me) 
la ciudad, a las personas, quizá saco muy prontas conclusiones. OK. descubrí que Yépez tenía razón, en su mayoría, mexicanos vienen aquí ganar más pero no viven mejor. viven igual o peor que en México. Este pueblo es un Pueblo mexicano pero donde se habla Español e Inglés, se cobra en dolares, pero se siguen viendo las mismas telenovelas, se escucha la misma música de Marisela, Vivente Fernández y se anda a Caballo. ¿qué hago aquí? 

Desde la primera entré en una escuela de inglés para adultos, me emocioné al saber que podría interactuar con más personas, conocer gente con algunos intereses parecidos a los míos, pero no. Todos son personas mayores a mí, que no saben leer ni escribir el inglés, mucho menos español. Todos son amables, no hay duda, pero no tienen tiempo de socializar ni compartir, inmersos en sus rutinas, personas de mi edad o más jóvenes ya tienen tres hijos, se dedican a trabajar y a cuidarlos. No salen ni conocen sus ciudad, mucho menos Los Ángeles. En fin, que me siento sola, quizá por eso llego tarde, siempre.

Tarde tres semanas en arreglar una bicicleta, ahora ya no funciona otra vez, mis primos, creo con seguridad, la han descompuesto, con el pretexto de que es de su padre y pueden hacer lo que quieran con ella, la primera semana se rompieron mis lentes y es hora que no se han reparado.

La verdad que llegué con la mayor intención, pero la emoción se está convirtiendo en tristeza. Aunque lucho todos los días, hago ejercicio, trato de comer lo mejor posible y cocinar las cosas que me gustan. Estoy aprendiendo a manejar, por fin. He viajado por tren sola y terminado de leer dos libros, lo que no he encontrado es la inspiración para hacer más fotos, ni vender los collares que traje conmigo. Encontré un lugar donde podría venderlos, pero sin inspiración no sé cómo lograr hacerlo. quizá solo la emoción ha bajado, no porque no me crea capaz, sino porque logro ver la diferencia entre las personas que viven en el primer mundo y no lo aprovechan. Y veo como los Estadounidenses son prácticos, amables, no todos, pero esa es mi definición, aquí luchas contracorriente con los tuyos, para enseñarlos que se puede vivir mejor, (claro, solo hablo de mi vivir mejor).

Siento que estoy perdiendo mi tiempo...trato de mantener la calma y mantenerme ocupada, pero no ha llegado la inspiración. Solo las lágrimas y no es porque extrañe a alguien en especial. 

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