Carta Abierta Para La Ansiedad

Gracias Querida Ansiedad, 

Gracias por traerme un milagro, el milagro del cambio, gracias por llegar y hacerme más valiente y saber que si llegas estaré lista para recibirte y se que te voy a escuchar para ver lo que tienes que decirme. Te doy gracias por mostrarme que mi cuerpo funciona perfectamente, por situarme en el ahora, y por dejarme ver mis pensamientos, gracias por hacerme parar para saber que es lo que sí quiero, para saber qué yo no estaba rota, que me rompieron y que Dios no me abandona, que me escucha. Gracias por darme la oportunidad de volver a rezar, volver a caminar, volver a tomar fotos, a ver el mundo con mis ojos nuevos.

Gracias querida ansiedad por hacerme entender que he avanzado y logrado mucho, que es tiempo de mirarme con orgullo, que no tengo nada que probar, no tengo que convencer a nadie de que soy digna de amor, o reconocimiento porque yo soy digna. Gracias por enseñarme que no tengo nada por lo que sentirme avergonzada, que esta bien ser intelectual, espiritual, divertida, simple, nueva en un barrio, nueva en un país y no tener nada, porque no necesito nada y todo lo que necesito está a mi alcance. 

Gracias por enseñarme que ya no quiero ser más una guerrera, sino estar en paz, gracias por enseñarme que estoy cansada de luchar, que no es necesario, que no es necesario estar en lucha conmigo. Que es más necesario el perdón que la justicia, gracias por ayudarme a entender que la justicia significa equilibrio. Que si quiero paz en el mundo  puedo empezar a rezar por aquellos a los que aborrezco y hacen daño, en vez de elevar mi voz con mi juicio y mi mente. 

Gracias por enseñarme que si quiero justicia para la víctima,  primero debo pedir por ella, para que en su proceso de duelo sepa que ella es fuerte, que ella es valiente, que ella no lo buscó, gracias por enseñarme que puedo verla a los ojos y decirle estoy aquí te veo, no eres invisible.

Gracias por enseñarme que la cabeza sin corazón no sirve de nada, por mostrarme que el corazón vale más que todos los grados académicos y la arrogancia. Gracias por mostrarme que no necesito el juicio, sino la compasión. 

Gracias por enseñarme que la culpa no es parte mía, que la aprendí y que tengo todo el derecho de disfrutar quien soy, gracias por mostrarme que soy un gran ser humano, divertido, amoroso e inteligente, gracias por darme la oportunidad de conocerme mejor y de apreciarme como soy ahora, no en el pasado, no en el futuro sino ahora, saber que soy suficiente ahora y que tengo derecho a compartir quien soy, que tengo derecho a mi existencia. Que puedo cambiar mi percepción del miedo al amor, de la depresión a la vitalidad y de la culpa al amor. Que no vine aquí a complacer a nadie para pertenecer. Que yo solo me complazco a mi misma para pertencer a mí, al mundo y al Universo. 

Gracias por enseñarme a escucharme desde la compasión, a renovar mis pensamientos, Gracias a ti he vuelto a rezar y a comunicarme con Dios pidiendo milagros. Gracias por enseñarme que no todo está bajo mi control y eso está bien, que tengo derecho a tener un trabajo, un gran compañero de vida y buenos amigos.  Gracias por ayudarme a enfocar mi vida en lo que sí me gusta y compartirlo. 

Gracias por enseñarme a apreciar más la vida, por enseñarme del dolor, el miedo, la soledad y la falta de esperanza, para poder apreciar el amor cuando lo veo así como la alegría, para poder entender a aquellos que sufren aunque yo no pase por lo mismo. Gracias por tu sabiduría. Gracias porque se que vas a regresar pero estoy preparándome para recibirte, porque este es el principio, porque todo esto me lo mostraste pero necesito ponerlo en práctica día a día,  Gracias infinitas. Gracias.


Comentarios

Entradas populares